SANGRE Y NEGOCIOS
Hijos que se perciben más dueños que el dueño
La relación entre padres e hijos dentro de una empresa familiar puede ser, en ocasiones, fuente de tensión y conflicto. Esto se convierte en un desafío particularmente cuando los hijos, nublados por su percepción de derechos y privilegios, comienzan a verse a sí mismos como los verdaderos dueños, olvidando el rol fundamental y sacrificado de los fundadores: sus propios padres.
2025-01-13
La relación entre padres e hijos dentro de una empresa familiar puede ser, en ocasiones, fuente de tensión y conflicto. Esto se convierte en un desafío particularmente cuando los hijos, nublados por su percepción de derechos y privilegios, comienzan a verse a sí mismos como los verdaderos dueños, olvidando el rol fundamental y sacrificado de los fundadores: sus propios padres.
Los padres, en su afán por ofrecer un mejor futuro, trabajan arduamente para construir un capital y crear una empresa que no solo les brinde sustento, sino que también asegure el bienestar de sus hijos. Este esfuerzo, a menudo invisible para los más jóvenes, conlleva innumerables sacrificios, largas horas de trabajo, y decisiones difíciles que no siempre son comprendidas ni valoradas por las nuevas generaciones.
Es desalentador ver cómo algunos hijos, al llegar a ciertas posiciones dentro de la empresa, desarrollan una actitud de superioridad y control, creyendo erróneamente que todo lo que tienen es resultado directo de sus propios méritos. En muchas ocasiones, minimizan o pasan por alto la generosidad y el trabajo arduo que sus padres han realizado durante años. Esta falta de reconocimiento y gratitud puede erosionar las bases de la relación familiar y profesional, creando un ambiente de discordia y resentimiento.
La lección crucial aquí es la importancia del reconocimiento y la gratitud. Los hijos deben darse cuenta de que, aunque hoy ocupen posiciones de liderazgo, su base de poder y oportunidad fue cimentada por los sacrificios de sus padres. Reconocer y agradecer este legado no solo es un acto de justicia, sino también de sabiduría empresarial y emocional. La integración de estas experiencias y valores familiares puede crear un sentido de cohesión y propósito, asegurando que la empresa no solo prospere económicamente, sino que también mantenga los valores que le dieron origen.
Este equilibrio entre generaciones es esencial para el éxito sostenible de cualquier empresa familiar, y el reconocimiento mutuo es la clave para alcanzar esa armonía.
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